Una iglesia y su cementerio habían sido abandonados hacía ya muchos años, la gente del pueblo no iba al lugar por temor.
Los niños tenían prohibido acercarse, sin embargo algunos curiosos hicieron una excursión una tarde gris y fría de aquel invierno de 1955.
Forcejearon la puerta trasera e ingresaron alumbrándose con linternas. De pronto la puerta se cerró tras sus pasos, las luces se apagaron mientras el piso se hundía y los incautos rompían en llanto.
Los gritos se ahogaron en la oscuridad.
Tere
Fotografía Reunion De Escritores Reia
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