Aún viéndonos o no, me es suficiente saber que estás...
¡Que pases un gran día!
Muchos cariños, afectuosamente.
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Tere
Un poco de historia
El Día del Amigo tuvo un antecedente histórico llamado Cruzada mundial de la amistad, que fue una campaña en favor de dar valor y realce a la Amistad entre los Seres Humanos, de forma que permitiese fomentar la Cultura de la Paz. Fue ideada por el Doctor Ramón Artemio Bracho en Puerto Pinasco, Paraguay en 1958. A partir de dicha idea, se fijó el 20 de julio como Día de la Amistad y se celebra en varios países de Sudamérica. Su importancia reside en que favorece a los valores que permiten la concordia y el diálogo en la sociedad y en el mundo.
En Argentina se creó una fecha similar, una década despues como "Día Internacional del Amigo" con otro origen. Su creador fue Enrique Ernesto Febbraro (1924), profesor de psicología, filosofía, historia, músico y odontólogo.
Cuando alunizó el Apolo XI, el 20 de julio de 1969, Febbraro vio que por una vez en la vida todo el mundo estaba unido. Antes de que la Apolo 11 regresara a la Tierra, desde su consultorio de Lomas de Zamora, donde vivía entonces, envió mil cartas a cien países y, a vuelta de correo con 700 respuestas, había quedado fundado el Día del Amigo.
De su experiencia, Febbraro, saca un listado para conservar la amistad:
- Un amigo no aconseja, se mete en el problema, se embrolla, y ayuda al otro.
- Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo.
- Los sacramentos de la amistad son: simpatía, ternura, respeto, reciprocidad, lealtad, comprensión, desinterés, solidaridad, perseverancia y alegría.
- Hace falta callar, aunque se tenga razón, porque dos no pelean si uno no quiere.
- No hacer o decir nada que lastime u ofenda al otro.
- Acompañar siempre: en la soledad, el dolor o la alegría.
- Aceptar a las personas como son y querer hasta en el mínimo detalle, sin esperar recompensa.
- Olvidar los propios problemas y escuchar con oído y corazón de amigos.
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