Educación sexual

Hoy en el diario Página 12 hay un extenso artículo sobre el aborto y sus consecuencias.
Bajo el título Las cifras de una epidemia silenciosa dan los últimos números que se conocen oficialmente sobre el aborto y las complicaciones que acarrea, cuando se hace en la clandestinidad o con métodos precarios sumamente peligrosos.
Lamentablemente al no haber una ley que lo regule las mujeres de bajos recursos no cuentan con medios para lograr un aborto aséptico.
Porque el que no sea legal no quiere decir que no se practique, eso sí marca la diferencia entre el que tiene medios económicos para costearlo y el que no.
También la ilegalidad alimenta un mercado negro, el negocio de unos pocos inescrupulosos, profesionales de la salud o manochantas.
Los que se oponen al aborto legal hablan del asesinato del feto, pero al practicarlo ilegalmente, en condiciones adversas, se llega al asesinato de madre e hijo, cobrándose dos víctimas.
Generalmente las víctimas son muy jóvenes, cada vez las relaciones sexuales se dan a más temprana edad y la educación sexual brilla por su ausencia.
Mis hijos me comentan que en la escuela secundaria todo lo que han visto sobre educación sexual es un video provisto por una empresa, un video bastante pobre en contenido, que no llega a los chicos porque los trata como idiotas y los mueve a risa. Y cuyo objetivo final es promocionar los productos de la línea (tampones, por ejemplo).
¿Cómo dejan que la educación sexual se haga desde el ámbito comercial y no educativo?
Los funcionarios de educación y salud deberían trabajar en forma conjunta para trazar un programa de salud sexual y reproductiva, con contenidos claros y pedagógicos, que alcance a jóvenes y niños, que produzca en ellos interés por aprender y preguntar.
No todos los padres están o estamos en condiciones de dar una clase magistral sobre sexualidad porque no estamos capacitados para ello.
Si bien la educación empieza por casa es necesario sostenerla y afirmarla en la escuela.