Después de leer esta noticia loca: PROFESORA DE YOGA DA CLASES EN UN AUTOBUS (en Israel) me puse a pensar cómo podría llevarse la iniciativa a Buenos Aires.
Acá los colectivos o autobuses están "llenos hasta la manija", atestados, la gente viaja como "sardinas en lata".
Si queremos estirar los brazos le terminamos sacando el ojo a cualquiera.
Llevar la cabeza hacia adelante significaría toparse con el balero (cabeza) del prójimo.
Hacer ejercicio estando sentados cuando tenemos la fortuna de conseguir un asiento, lo dudo, a esa altura hay que estar con todos los sentidos puestos para esquivar rodillazos, codazos y algún que otro pisotón.
Miri señala que el yoga ayuda a relajar tensiones y evitar stress y afirma que el remedio es la medicina oriental que ella imparte.
Acá dificilmente podamos prescindir del stress, pero sí podríamos aprender otros ejercicios físicos alternativos ;-) a saber:
- Respiración profunda y contar hasta 100, manteniendo la calma, para no insultar al colectivero que nos deja plantados en la parada, cuando estamos con los minutos contados para llegar al trabajo, a la escuela, al hospital, etc...
- Equilibrio para mantenernos de pie ante tanta frenada repentina.
- Defensa personal para salvar empujones y pisotones.
- Concentración para estar atentos a pungas y calentones.
En fin, lo nuestro no es el yoga pero sí tenemos un abanico de disciplinas para intentar subsistir en un mundo de veinte asientos.
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