13.6.06

Semana del medio ambiente


Sin brillo se celebró la semana próximo pasada la semana del medio ambiente.
Yo me despaché de la misma cuando finalizaba, en la clase de teatro alguién la mencionó al pasar cuando justamente hablábamos de la suciedad de la ciudad.
En esa ocasión dije que Buenos Aires se ha transformado en un "gran basural".
Si bien nunca se caracterizó por su limpieza, en los últimos años la falta de higiene se ha acentuado.
No todo es culpa de las autoridades, sino que está un poco en cada uno hacerse responsable de la cuota que ha aportado a tal fin.
Caminar por Avellaneda es sumamente desagradable, las calles desbordan de mugre. Aparecen seudos cinturones ecológicos en algunas esquinas.
No sé como la gente puede convivir con esa miseria.
Pobre de mí, ilusa, que creía que con los años las nuevas generaciones iban a tomar conciencia y a mejorar la situación.
Lamentablemente los chicos se criaron con malos ejemplos y nos los pueden revertir.
Claro, todos deben pensar ¿que hace un papel más en el piso, habiendo cientos?
Y en esto le cabe la responsabilidad al gobierno de mantener la limpieza, instalando botes de basura para que no haya excusas a la hora de tirar los desperdicios.
Pero si no hubiera un tacho cerca, también uno puede guardar el envoltorio en un bolsillo hasta encontrar dónde descartarlo.
Habría que tomar decisiones ¡ya!
Concientizando a la población y sancionando cuando hiciere falta.
Respetando y haciendo respetar el espacio público.
Limpiando profundamente y manteniendo el aseo.
Comparando la ciudad o el medio ambiente con nuestro hogar, con nuestro ambiente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Teresita. Entiendo tu indignación por ver sucia a la ciudad, y también eso genera problemas más grandes: aún si todos pusiéramos los despercidios en los tachos, ¿eso a dónde va?

Aquí te dejo el link índice de nuestro blog con tres artículos del tema por si te interesa:

http://periodismoambientalarg.blogspot.com/2006/01/basura.html

Saludos!

Anónimo dijo...

y bueno, sí ni quiero pensar dónde irán pero por algo se empieza, aunque sea empezar con una educación básica que tan bien vendría, una educación de verdad, cariños.