Después del mal trago pasado el día 24, el 25, para confirmar la ineptitud de los que organizan la agenda cultural del Teatro Roma, suspendieron más de una función de cuentos reemplazándolos por otros, en esa bolada como no podía ser de otro modo caímos nosotros.
Ahora bien, estamos haciendo tres funciones diarias, dos en el Roma y una en el Robledo y tenemos gran afluencia de público.
Es impresionante como movilizan las obras presentadas por distintas compañías a lo largo de la tarde. Tan pronto concluye un cuento comienza otro.
Cabe destacar que se repiten en muchos casos las historias infantiles, contadas desde distintas ópticas según la adaptación.
Así, hay dos o tres Pinochos y cuatro cenicientas.
Con El principito tenemos mayor suerte porque no hay competencia.
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