Un pueblo fantasma, atracción turística de la última década. Las historias de aparecidos que se entretejen son alimentadas día a día por sus habitantes. A toda hora cruzan el puente a pie acompañando a los excursionistas. Al bajar el sol las antorchas encendidas son la única fuente de luz. Al fondo, en sincronía, se oye una música tenebrosa que intimida.
Tere
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