Había
preparado dos valijas con sus mejores cosas.
Junto al
umbral esperaba bien vestida y perfumada.
Estaba
ansiosa por comenzar una nueva vida, la que había soñado durante largos meses.
Dejaba todo
por él; a su ex lo había encarado la noche anterior.
No fue
fácil hacer frente a su marido tras quince años de convivencia.
Ella estaba
dispuesta a jugarse todo por esta nueva historia de amor.
Llovía,
¿sería señal de buen augurio?
Un nuevo
mensaje en el celular exalta a su corazón.
El teléfono
cae de sus manos temblorosas al ver sólo dos palabras de Luis:
-No puedo...
T.A.M.
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