Es mucho lo que se habla en los últimos días del paro agrario.
Los medios de comunicación no tienen otra noticia, la imagen permanente es la de los cortes de ruta que se van extendiendo en todo el país.
El conflicto no parece tener solución, los ánimos se van caldeando y no hay paso para la cordura y la disposición al diálogo, el país está en llamas...
En medio de la pelea entre el gobierno y el sector agropecuario quedamos rehenes los consumidores a los que se nos amenaza con el desabastecimiento, la escalada de precios y en algunos casos con la pérdida del empleo.
Es salvaje la protesta, justificada o no, cuando se está luchando por la mejora de ganancias o una pérdida de las mismas; habida cuenta que hay gente que se muere de hambre, que no tiene trabajo, casa y comida.
Si los pobres se sublevaran e hicieran piquete en todos los caminos, muchas voces se alzarían en su contra y la represión afloraría.
Pero se trata de gente de cierto status social que en la lucha por no perder beneficios va ganando adeptos. Ver garcacerolazo, registrado por Luis.
Yo digo que no se respeta el libre tránsito y no tienen límite en sus derechos, que debieran terminar cuando empiezan los nuestros.
Además, resulta criminal dejar a un pueblo sin alimento o no dejar transitar una ambulancia y que se muera un hombre en el trayecto.
Espero que haya un atisbo de cordura y se termine con esta fantochada, por el bien de todos.
Y si la justicia del hombre no funciona que haya justicia divina, que les llegue a quienes atenten contra la vida del otro.
Es criminal tirar la leche, dejar pudrir carnes, frutas y verduras; es insólito que en un país rico y de abundancia haya gente que no tiene para comer, mientras unos pocos se enfrentan para ver quien da el zarpazo más grande.
27.3.08
Nosotros, los rehenes
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