13.3.08

Adiós a un gran chiquito

Ayer el día se vió nublado por la muerte, para mí sorpresiva, de Jorge Guinzburg.
Si bien el año pasado supimos que estaba enfermo y me llamó la atención que faltara a la boda de su hija, cosa que hablaba de la seriedad del tema, creí que se había repuesto cuando volvió al campo de batalla.
Incluso nos queda la mejor imagen de él, como lo supimos conocer, porque en ningún momento decayó ante cámaras; seguramente hacía un esfuerzo mayúsculo para sostenerse y siempre nos transmitió alegría, humor, repentismo...
Si hay algo que siempre admiré de Jorge fue la capacidad de respuesta rápida y graciosa que habla de un humor inteligente.
Hay muchos "famosos" pero pocos llegan al corazón, aún sin haberlos conocido, esos que te disparan congoja y por los que se te escapa una lágrima cuando se van.
Guinzburg está en mi lista, junto a Niní Marshall, Pepe Biondi y Alberto Olmedo.

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