7.12.07

Solteras y casadas

Hace poco me tocó dar una charla en una reunión de solteras, todas ellas profesionales exitosas, aunque las noté bastante deprimidas.
Algunas llevaban remeras con inscripciones como: "Soy azafata. Casate conmigo y volá gratis". Otra, llevaba un gorrito ridículo que decía: "Esperanza perdida. Ofrezco recompensa".
Se me acercó una maestra de jardín de infantes y me dijo:
- Gabriela... ¡necesito con urgencia conocer a algún varón que tenga más de cinco años de edad!
- ¡No te quejes, por lo menos son varones! - le contestó una peluquera - ¡en mi trabajo, todos los hombres están mejor maquillados que yo!
- ¡No hay derecho! - se quejaba una de cuarenta -. Como si fuera poco la escasez de hombres... ¡Los de 50 y los de 20 andan atrás de las mismas chicas!
Todas coincidían en que lo peor de la soltería era el fin de semana.
Una confesó que se metía en la bañadera el viernes a la noche, y salía el lunes a la mañana para ir a trabajar.
No es fácil la vida de las solteras hoy en día. Aunque parece que las casadas tampoco la llevan de arriba.
El otro día estábamos festejando el cumpleaños de una amiga casada y, como es cada vez más habitual, se festejaba solo entre mujeres.
Festejando es una manera de decir porque aquello parecía una sucursal del Muro de los Lamentos.
Me acerqué a la dueña de casa y le dije:
- ¡Hola Marta!
- ¡Marta, no!... ¡Harta! - contestó. A partir de ahora quiero que me llamen ¡Harta!... Porque es como estoy. ¡Mi marido me tiene harta! Un hombre de 50 años, profesional reconocido, lleno de prestigio dentro del ambiente empresario, pero...¡llega a casa y se vuelve tonto!
- ¿Por qué? - pregunté asombrada.
- ¡Porque es un inútil! Cuando necesita algo, cualquier persona normal lo buscaría. Él no, ¡lo llama! Se para en el medio de la habitación y dice en voz alta: ¿¡Mi sobretodo de pelo de camello!? Y espera. O sino grita: ¡Las llaves del auto! Y espera. Y yo le digo: Pero, ¿qué hacés? ¿pensamiento mágico? ¿invocás a los espíritus de las cosas y esperás que vengan solas? ¿no te das cuenta de que si no las buscás vos las tengo que buscar yo? Entonces se ofende y no me habla por tres días.
- Pero ¿y el fútbol? - aullaba una abogada - ¿me pueden decir quién inventó el fútbol? ¿Qué mente retorcidamente antifemenina pudo inventar semejante enemigo de la convivencia? ¡Mi marido está completamente autista, poseído por este deporte! Estoy tan desesperada que pensé en presentar un proyecto de ley que diga así:
"Si un hombre mira más de tres partidos de fútbol al hilo, deberá ser declarado legalmente muerto".
- ¡Ah!, pero yo me voy a buscar un amante - continuó Marta-, un hombre que sea casado también, porque entonces me va a comprender más y no me va a pedir que me divorcie. Me parece una solución ideal. Quién te dice... ¡nos divertimos! Y encima salvamos a dos familias.
La que tenía el discurso más optimista era Graciela:
- Mi marido y yo dormimos en habitaciones separadas, tenemos cuentas separadas, nos vamos de vacaciones por separado y cenamos por separado. Estamos haciendo todo lo posible por mantener unido nuestro matrimonio.
Y yo pensaba... ¡Nadie está conforme! Las solteras querían estar casadas, y las casadas insatisfechas preferían matar a los maridos... antes que dejárselo a otra.
Crónicas femeninas por Gabriela Acher

Genial relato de la Acher aparecido en la revista Selecciones de octubre de 2006.
¿Con que historia te identificás?...
Otro post de Crónicas femeninas:
Gabriela Acher, autobiografía apócrifa

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