La ministra de Economía, Felisa Miceli, intentando justificar la aparición de una bolsa de dinero en el baño de su despacho, pateó la responsabilidad, endilgando a quien sabe quien el hecho.
Queriendo distraer la atención habla de una campaña en su contra, de algún seudo fantasma que trata de quedarse con su puesto.
Lo de ella fue sólo un descuido, un error...
Los malos de la película son los que sospechan del origen del dinero hallado, los periodistas que informan a la población el suceso y hasta el bombero, que vio lo que no debía haber visto...
Ella, en tanto, es una pobre víctima de la circunstancias, de un descuido, de un error; víctima de aquel ser inescrupuloso que quiere moverle el piso, quedarse con su empleo.
Y ya lo creo que fue un error, un descuido, es obvio que no va a dejar rastros premeditada y alevosamente.
Así como el refrán anuncia "La mentira tiene patas cortas" se ve que el delito también.
Ver más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario