A juzgar por el nuevo espacio de Hernán Cascicari, ¿Qué más se puede esperar de la televisión?, la tele está en decadencia en todas partes; algunas habrán caído más bajo pero ninguna escapa a la regla "basura".
Desde ya hay programas excepcionales que escapan a la regla en cuestión, pero lamentablemente son los menos.
Es que la programación, por lo menos en Argentina, va tras el rating; atrás quedó el buen gusto y la creatividad.
Lo que vende es la cursilería y el puterío, las miserias humanas en su máxima expresión.
El gran negocio del día es vendernos bosta por caviar.
Y como tantas moscas no pueden estar equivocadas al comer mierda, los espectadores no pueden dejar de consumirla emulando a estos dípteros.
No sé a dónde quiere llegar el medio ni cuál será el freno pero ojalá aparezca un tope o bozal.
Seguramente los verdaderos artistas estarán agradecidos cuando se abran nuevas puertas en ficción, en programas periodísticos o educativos de buena calidad.
Puede haber lugar para todo y para todos los gustos, lo malo es cuando el minuto a minuto, del que se habla en los últimos años, inclinan la balanza hacia un lado y no queda opción ni elección.
La mediocridad ganó espacio; la fórmula que encontraron los canales de tv, baja calidad y bajo precio de producción con una venta masiva a valor desfazado, donde con poco ganan mucho, no da lugar a que cambien la perspectiva por el momento.
Cuánto más necesitarían invertir para hacer una televisión digna...
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