Es hora de tomar decisiones En algún momento un médico determinará que mi corazón ha dejado de funcionar y que mi vida ha terminado.
Cuando esto suceda, no traten de revivirme artificialmente y donde quiera que me encuentre, no lo llamen "mi lecho de muerte".
Llámenlo "mi lecho de vida" y dejen que mi cuerpo ayude a que otros gocen de una vida plena.
Den mi vista a alguien que nunca haya visto un amanecer.
Den mi corazón a quien el suyo no lo haya causado más que interminables días de dolor.
Den mi sangre a algún adolescente rescatado de entre las ruinas de un automóvil, para que, algún día, pueda llegar a gozar del juego de sus nietos.
Den mi riñones a quien dependa de una máquina para seguir existiendo.
Tomen todos mis huesos, músculos, fibras y nervios y hagan caminar a un chico lisiado.
Exploren cada rincón de mi cerebro, y tomen mis células para que un niño mudo pueda gritar un "gooooll" y una niña sorda pueda oir la lluvia contra los cristales de la ventana.
Si tienen necesidad de enterrar algo, les dejo mis defectos y todos los perjuicios que causé a mis semejantes.
Y si por casualidad quieren recordarme háganlo con una buena palabra o acción para quien lo necesita.
Cuando esto suceda, no traten de revivirme artificialmente y donde quiera que me encuentre, no lo llamen "mi lecho de muerte".
Llámenlo "mi lecho de vida" y dejen que mi cuerpo ayude a que otros gocen de una vida plena.
Den mi vista a alguien que nunca haya visto un amanecer.
Den mi corazón a quien el suyo no lo haya causado más que interminables días de dolor.
Den mi sangre a algún adolescente rescatado de entre las ruinas de un automóvil, para que, algún día, pueda llegar a gozar del juego de sus nietos.
Den mi riñones a quien dependa de una máquina para seguir existiendo.
Tomen todos mis huesos, músculos, fibras y nervios y hagan caminar a un chico lisiado.
Exploren cada rincón de mi cerebro, y tomen mis células para que un niño mudo pueda gritar un "gooooll" y una niña sorda pueda oir la lluvia contra los cristales de la ventana.
Si tienen necesidad de enterrar algo, les dejo mis defectos y todos los perjuicios que causé a mis semejantes.
Y si por casualidad quieren recordarme háganlo con una buena palabra o acción para quien lo necesita.
A la fecha 5343 pacientes están a la espera de un órgano que les permita volver a pensar en el mañana.
A pocos días de comenzar el 2007 hubieron 36 transplantes.
Los donantes reales fueron 13.
Fuente:
Incucai - Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (54 11) 4788.8300 - Ramsay 2250 - C1428BAJ - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina
Línea gratuita 0800-5554628
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