Ponerle garra

Ayer en el programa de Mirtha Legrand estuvieron invitadas algunas de las participantes de Bailando por un sueño, entre ellas Claudia Albertario.
Comentó que había mandado un mail a la productora de Pedro Almodovar, en forma divertida, en busca de una oportunidad de trabajo.
Una asistente o secretaria le había respondido cosa que la contentó, nunca imaginó que le iban a dar cabida.
No digo con esto que haya conseguido un casting o entrevista pero sí que tuvieron la deferencia de leer y contestar su mensaje.
Mirtha dijo que le parecía muy bien esa iniciativa y Albertario señaló que es un toro, para conseguir lo que se propone.
Cuando uno es bien joven le pone garra y cree poder alcanzar sus objetivos.
Enseguida recordé que cuando yo tenía unos veinte años y era modelo le mandé a Legrand, que en ese entonces trabajaba en canal siete, una carta y fotos para que me contactara con algún representante o bien con su peinador Roberto Giordano.
Nunca tuve acuse de recibo, es más en algún momento hablando Mirtha Legrand con Libertad Lamarque le dijo que ella se había acercado cuando era una niña y que Lamarque no la había registrado, lo dijo justificándola, como que una diva está más allá de nosotros, como para detenerse.
En ese momento sentí que era un mensaje a mí y a los que como yo creíamos que podíamos golpear su puerta.
Después de veinte años viendo el mismo programa Almorzando con Mirtha Legrand, refloto el tema porque veo que una figura conocida a nivel internacional, Almodovar, tiene la delicadeza aunque sea a través de un asistente de responder a alguién que ni siquiera es de su país.
Ahora estoy estudiando teatro y espero algún día llegar lejos, aunque haya empezado un poco grande, a los cuarenta, y claro si se diera la oportunidad de sumarme a los almuerzos lo haría, porque es un peldaño importante en la profesión, la gente se siente realizada cuando puede participar de dicho programa, quiere decir que uno es conocido, que amerita estar sentado a la mesa de la señora.