Ayer vi esta obra de teatro en el María Luisa Robledo, Carlos Vignola, único actor en escena en un espacio neutro, sin más escenografía que un cajón flamenco.
Vestido de negro y sin elementos, pone su voz su expresión y su cuerpo para desarrollar una historia de amor en la conquista del territorio azteca.
Interpreta magnificamente nueve personajes con una buena cuota de humor.
Un único mundo, es actoralmente genial.
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