El viernes próximo pasado fuimos con mis compañeros de la Escuela Municipal de Teatro de Avellaneda a ver la opereta "La oca del Cairo" de Mozart.
En la hora que debíamos tener clase de canto la profesora nos acercó al teatro, invitación mediante, para asistir al estreno.
Lamentablemente fueron pocos los asistentes pagos, menos mal que nosotros hicimos número.
Para el artista es tan o más importante el reconocimiento del público que lo que pueda dejarle económicamente.
Si bien el diario Ciudad de esta localidad publicó la función y hay afiches en la vía pública, se ve que no ha sido suficiente convocatoria.
La verdad que en cultura hay ofertas, desde la posibilidad de disfrutar de un teatro bello y con buena acústica (acaso uno de los mejores), hasta la de participar de charlas y cursos gratuitos o con bajos aranceles.
Tal vez se debiera hacer incapié en la promoción de los mismos e incentivar al vecino para que participe.
No sólo se trata de tener un cacho de cultura, sino de recrearse y pasar un rato ameno y divertido.
A propósito de la opereta, se presenta para homenajear a Wolfgang Amadeus Mozart, a 250 años de su nacimiento.
Yo no estoy en condiciones de ser crítica, sólo puedo decir que me gustó, si bien la historia puede resultar muy simplota. :-)
En cuanto a la puesta, lo que me llamó la atención que quedó fuera de lugar, cuando aparece la guardia real, lo hace con pistolas plásticas de color fosforecente, todo un detalle, de mal gusto o con poco criterio. :-(
En cuanto a la música, no tengo mucho oído, pero según me señalaron resultó en algún caso algo desafinada. :-p
...Pero yo voy con ánimo de pasarla bien y logré ese fin. ;-)
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