15.5.08

Mucho abarco, poco aprieto...

En tantos años, desde mi adolescencia, me dediqué a hacer cursos y talleres de cuanto me gustaba. En algún punto coinciden todas las actividades, se nuclean en lo artístico.
Siempre fui una alumna aplicada pero lamentablemente hasta ahí llegó mi vuelo, porque una vez finalizado el estudio, emprendía otra cosa.
Falta de constancia quizá??? No sé, tal vez miedo a echar alas y alzarme a alcanzar un objetivo...
Que me gustan muchas cosas, eso es cierto, pero tal vez no me apasioné suficientemente con ninguna.
Pasión que sirviera para sobreponerme a una gran timidez que me paraliza a la hora de salir en la búsqueda de mi horizonte.
Y así, año tras año, estudio tras estudio, llego a los 44 sin realizarme profesionalmente, siendo aún ama de casa. Y siento en ello gran nostalgia y frustración, por lo que pudo ser y no fue, por lo que pude buscar, encontrar y no encontré.
En cuanto terminé el secundario me puse a trabajar como secretaria hasta el día que tuve a mi primer hijo de diecinueve años ya .
A la par hice un curso para modelar, quería ser manequin y mi metro sesenta y siete no era suficiente para la ropa de alta costura que pretendía alcanzar, tampoco me daba la cara jovencita, casi de nena, ya que no coincidía con la imagen seria y madura que se buscaba. ¡Que pálida! Aún hoy me duele no haber llegado a mi objetivo.
Hice publicidades para cine y televisión en elecciones directas, pero no me presenté a castings para nuevos trabajos, siempre con el temor a un no; ese miedo al fracaso me hacía desistir del intento.
La moda me gusta en toda manisfestación por eso también incursioné en el diseño con el maestro Lagarrigue, pero ya terminado el estudio no supe como buscar empleo o salir a hacerme camino.
Pocos años después, ya casada, hice el profesorado de gimnasia, entusiasmada por la actividad física que desplegaba María Amuchástegui cada mañana en la tele. Ya recibida no busqué donde enseñar.
Y como el diseño, la luz, la forma y el color, me encantan hice paisajismo, diseño de patios terrazas y jardines. Y como hasta ese momento las únicas flores que conocía eran la rosa, el jazmín y el clavel, hice jardinería en el botánico para tener conocimientos acabados.
En grupo con unas compañeras de la facu intentamos crear una mini empresa de diseño y paisaje, pero al poco tiempo se pinchó el proyecto y ya sola no me animé a seguir adelante.
Tiempo después hice un curso de vidrierismo, diseño y armado de vidrieras, imprimí unas tarjetas de presentación para entregar a mis posibles clientes. La primera experiencia, cuando al fin decidí ofrecer mis servicios en una zapatería de aquí mismo Avellaneda, fue frustrante, si bien yo era cliente y aproveché una compra para dejar mis datos, el dueño del local me cortó el rostro diciendo que no estaban en condiciones de pagar y armaban ellos mismos la vidriera.
Un tiempo después comencé un taller de teatro, la actuación es algo que me debía desde chica, una deuda pendiente conmigo. Tuve la oportunidad de pisar las tablas, de actuar en obras infantiles y lo disfruté a full.
Tanto me entusiasmé que hace dos años empecé la carrera de actuación. Los dos primeros años fueron para jugar y disfrutar, con un profe muy querible, un maestro a la hora de hacer una producción, que nos hizo amar el trabajo y con el que corrían las horas y los ensayos sin darnos cuenta.
Este año comenzó en baja, a poco de llegar al tercer año ya me estaba cuestionando la continuidad o no, lo pensé y repensé hasta optar por dejar la escuela.
Ahora estoy aliviada por la decisión bien acertada, pero me siento rara es la primera vez que abandono algo como alumna, hasta el momento sólo había sido eso, una buena alumna.

De mi blog - Clarín: Quiero un trabajo

3 comentarios:

De Mujer a Mujer dijo...

UUUYYYYY Teresita no sabes como te entiendo!!jaja. Ahora estamos en las Islas Canarias y desde acá te leo, pero quería decirte que yo tengo 45 y estoy en la misma que vos.No cambio por nada del mundo el haber disfrutado a mis dos hijos a full que ahora son dos soles, pero me queda esa inquietud que no pudo ser, aunque sigo estudiando y trabajando fuera de casa aunque no es lo que me guste precisamente pero ni loca pierdo las esperanzas.
Adelante!! a tod@s los que tienen nuestra edad y están mas o menos en la misma.

Anónimo dijo...

Hay personas que disfrutan aprendiendo, en realidad no quieren trabajar me parece, creo que lo que las apasiona es saber más. A seguir estudiando mujer. :)
Tal vez no sea tu caso, cariños. crisfer.

Teresita Acosta Martínez dijo...

Ecléctica:
como dice un cuadrito que me regalaron los chicos un día de la madre "Mi mejor obra", sin duda los hijos son lo más, por y para ellos todo.
Cris:
sabes que tenes razón..., humm, tal vez sea hora de asumir que no quiero trabajar, que prefiero aprender todo aquello que me gusta,en la rama del arte.
También decir que soy bastante inconstante, que no encontré mi verdadera pasión y que no me banco la monotonía.
Cariños y gracias por vuestros aportes :-)