16.5.07

¡Anda a llorar a la iglesia!

Anoche un grupo de personas enfurecidas comenzó a destrozar e incendiar la boletería y la oficina de informes de la Estación Constitución.
No es un caso más de vandalismo, no es un hecho menor que la gente tome represalias contra una empresa, Metropolitano, que dejó de prestar sus servicios en tiempo y forma y no anunció a los usuarios la demora.
El detonante fue una frase desafortunada de parte de un empleado de la empresa - Anda a llorar a la iglesia, cuando un hombre le espetó que no volvería a perder un trabajo por la falta de transporte, parece que el usuario de la línea ferroviaria había perdido su anterior empleo por llegar tarde.
Tras la respuesta recibida el hombre junto a un grupo de unas diez personas comenzó a tirar piedras, ladrillos, cascotes, para terminar finalmente incendiando las boleterías, las máquinas expendedoras de boletos y la oficina de informes.
Esta mañana escuché, en el noticiero de TN, a uno de los empresarios responsables de la Línea Roca (de trenes), decir que la demora sufrida en este caso fue por un desperfecto técnico, pero que en un 90% los atrasos en el horario se dan por accidentes o suicidios en las vías férreas.
También aseguraba que su empresa estaba haciendo inversiones para mejorar el servicio y que hasta el momento no tenía ganancias si bien tampoco perdía plata. Ante la pregunta reiterada del periodista, que insistía diciendo ¿cuánto hace que trabaja gratis?, el empresario atinó a contestar -bueh, gratis no...
Lo cierto es que la empresa ferroviaria fue concesionada hace unos años, el servicio de trenes antes estatal es ahora privado, para obtener ganancias, pero sigue estando a cargo del gobierno y de nuestros bolsillos su manutención.
Por ello, sin respaldar el caos y el desenfreno por parte de los manifestantes, repudiando la violencia y sin justificar el desquicio, se puede reprobar la actitud y la falta de consideración y respeto, de Metropolitano y sus funcionarios, para con los clientes.
Ver más información en notas 1 y 2.

2 comentarios:

El Mostro dijo...

Yo fuí unos pocos pelotudos que no quería privatizar nada. Ni hablar de los subtes que daban una ganancia fabulosa.

p/s: se me hizo agua la boca con algunas recetas...

Anónimo dijo...

La gente está harta, no fue sólo ese día..sino muchos iguales, digamos que esa frase tan poco feliz, quizás fue la gotita que faltaba. besitos.